jueves, 7 de abril de 2011

Egoista

Notas de la autora: Me siento extremadamente feliz al decir que esta producción es de una persona a la cual le tengo mucho aprecio. No solo a ella, a su trabajo también.
Por lo tanto, me gustaría que le dieran una oportunidad.

Disclaimer: Ok, este fic NO ES MIO le pertenece a la Señorita Daniela ( a la cual incluiré un link pronto… muy pronto…) Y Full metal alchemist tampoco nos pertenece porque si no Edward y Roy estarían casados y bueno… you know.

Aquí va

Egoista



La gentil calidez de su cuerpo contra el suyo.

Nítida, palpable, concreta. Impidiendo su desenfreno, sujetándolo, atándolo dentro de sus cabales.

Intentando mantener la poca cordura dispersa, pérdida en algún oscuro rincón de su mente, acumulada, escapando, jugando cruelmente, burlándose cual bufón de circo.
Engañando despiadadamente lo que quedaba de él.

Trozos, fragmentos irreconocibles en un lugar desconocido, desolado, oscuro.

Dirigió su mirada a un punto extraviado, inconcreto observando todo pero sin percibir nada.

Reparó –difícilmente- en los pequeños y blancos copos de nieve danzando atrevidamente alrededor de ellos, acompañados por la fría brisa crepuscular.

Se fijó en el suelo, memorizando la frágil estructura blanca de la nieve como si no existiese nada más interesante en el mundo, evitando pensar en aquellas imágenes quienes resucitarían aquel lacerante dolor.

El atardecer teñido de rojo capturó el débil foco de sus sentidos, luchando por mantenerse ahí. Presentes.

Lejos muy lejos, oía como su abrigo ondulaba bruscamente al ser empujado por el viento, introduciéndose dentro de este y provocando escalofríos en toda la extensión de la espina dorsal.

Más tarde los portales del auto-mail comenzarían a dolerle.

También lograba escuchar el flaqueante eco de una suave voz susurrando cerca de su oído llamándolo, exigiendo algo incierto, extraño.

No tenía la intención de averiguarlo, por alguna razón extravió descuidadamente el interés por la realidad.

Estaba seguro de haber perdido algo importante; algo en verdad importante.

Irremplazable.

Permitió a sus pensamientos deambular libres, errantes, sin rumbo como un barco a la deriva en un amplio océano negro abriéndose paso a través de grandes olas de incertidumbre quienes desatan su incomprendida ira sobre el. Destrozándolo violentamente y abandonándolo sin consideración.

Una masa sin forma era la definición más acertada.

-          Edward, intenta tranquilizarte -

Las palabras tardaron en ordenarse y tomar cierto orden lógico para ser comprendidas, analizadas.

Tal vez la voz dijo más, Edward no sabría precisarlo su actual estado de indiferencia era alarmante, escalofriante quizás.

Ambas manos aferraban con vehemencia un objeto, olvidado temporalmente.
Azul, gruesa tela azul arrugada entre los dedos de carne y metal.

Perturbadores recuerdos bailaban dentro de las paredes de su cabeza, desafiantes.

Ojos azules, abiertos, asustados, opacados.
Totalmente ausentes, sin residuo de vida reconocible, extinguido miserablemente hace tiempo atrás.

La mascara de pavor inmortalizada horriblemente en el pulcro rostro y su cuerpo  
-alguna vez lleno de vida- arrojado como una sucia muñeca de trapo en un oscuro lugar escogido al azar en toda la solitaria habitación. Inerte.

Esperando pacientemente por ser encontrado, cubierto por roja sangre carmesí.

Como el atardecer.

La larga cabellera rubia enmarañada, desordenada. Decorada sádica por el vital líquido desprendido del cadáver, manchando el suelo y la pared más cercana.

 “Fallé”

Se repetía constante una y otra vez, hundiéndolo, sumergiéndolo cada vez más profundo en la dolorosa oscuridad.

De alguna u otra forma sentía que se merecía aquel sufrimiento.
Winly se había marchado a un largo viaje sin retorno.

Su incondicional amiga de infancia, una parte de la familia, la persona que lo ayudo a pararse y volver a caminar. Ella quien lo alentaba con una sonrisa cada vez que se encontraba mal.

Estaba lejos y no volvería.

La abuela Pinako lo odiaría por esto.

¿Por qué?

 Exacto ¿por qué? Winly no se merecía esto, tampoco estaba involucrada. Edward se aseguró de todo eso. ¡Maldita sea! ¿Cuál fue su error?

Un sollozo escapó desesperado de su garganta deslizándose prófugo, sonoro, desgarrado, finalizando agónico, sofocado contra el hombro de nada más ni nada menos que su comandante en jefe él Coronel Roy Mustang.

Edward se percató de la presión infringida sobre sus hombros obligándolo a separarse forzosamente de su anhelada fuente de calor.

Destrozado.

Era la única palabra alcanzable y existente para definir el decadente estado en el cual el joven rubio se encontraba.

Roy vio los húmedos orbes doradas temblorosas, inanimadas. Observando algo distante, ubicado más haya de las grandes montañas de Briggs.

Vagando por estrechos caminos antiguos y desgastados, cubiertos de musgo y maleza debido a su permanente olvido.

Paulatinamente los ojos azules moviéndose a través de su visión, fueron oscureciéndose remplazando completamente al otro par, esta vez por unos totalmente indescifrables.

Incontables lágrimas se acumularon en sus ojos, manifestando visiblemente todo el dolor latente que recuerdos y emociones traían consigo en una espesa bruma de pesadumbre.

A pesar de que los pálidos dedos del militar las secaran suave y gentilmente estas no se rendían, testarudas.

Edward y Alphonse no estaban habituados a contemplar la nieve.

Rara vez lograron verla en Resembool, razón por la cual consideraban un espectáculo digno de admirar, apreciar como caía suave, distinguida vistiendo con elegancia al amplio suelo gris.

Sin embargo en este momento era otra la imagen que ante él se presentaba.
Solitario, vacio, desolado.

Justo como él.

Edward no pudo evitar tensarse cuando los suaves y tersos labios de Mustang intercambiaron papeles con sus dedos y fueron esos mismos los que –por un corto intervalo de tiempo- eliminaron las lágrimas de sus pómulos.

Continuas fluían, abandonadas por sus parpados ahora cerrados.

Cálidas y cristalinas.

Deseaba fervientemente poder evadir la realidad, y más una como aquella. 

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Gracias Señorita dani (:
Correcciones... No hay! pk esto está en word wuajajaja!

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