domingo, 10 de julio de 2011

Reinless

Notas de la autora: Paja para hacer notas de la autora así que la haré corta. LO SIENTO por tardarme tanto :c es que la musa u.u you know.
Y hay algunas cosas importantes que aclarar, que estarán como siempre, al final del capitulo. Disfruten c:



-En el capitulo anterior-



-Bonjour mon ami Vash, que agradable sorpresa tu llamado! – respondió con alegría el hombre.

- necesito que hagas un viaje urgente…

La mirada del francés se fijó en las muchachas que lo observaban algo confundidas.

- Oh, ¿Y de que se trata? – cuestionó esta vez

- la línea no es segura. – vash buscó unos papeles y luego de encontrar el indicado siguió con el habla – tomarás un avión lo más pronto posible, a la salida del aeropuerto te estará esperando un auto con una de las redes que tenemos. Una vez dentro del auto te encontrarás con un sobre. Debes abrirlo, la continuación de tu misión está ahí dentro.

- Mon ami Vash hablas tanto como cierto británico a quién me molesta recordar, hasta olvidaste decirme el destino del vuelo

-Canadá, Francis, tu destino es Canadá.


Capitulo 12

Una sonrisa se delineó en los labios franceses

-Te llamaré después – finalizó el superior cortando la llamada.

- ¿Por qué el Wine bastard? ¿Acaso estas loco?.... debiste dejar que se pudriera en su país el muy bastardo…

- De acuerdo Arthur, ve a alistar tus cosas…  tenemos que irnos- El alemán, dio unos golpecitos en la espalda del ingles y se aproximó a la puerta.

-¿Y a donde se supone que iremos? – cuestionó este

- A un funeral.

______________-___________

- Estoy tan feliz de volverlo a ver Rode-sama! – la joven de largos cabellos rubios se sentó guiada por el mayor

- A mí también me alegra mucho verte Elizabeta… - Rode acercó una silla junto a la joven y la miro algo confundido – pero siento bastante curiosidad por saber cómo aceptaron tu traslado con tanta facilidad… a decir verdad tus superiores se veían bastante molestos …

Rode había considerado bastantes opciones… Pero realmente no encontraba una que estuviera a acorde a la personalidad de la Hungara.

La conocía hace años, de hecho fue una de las primeras personas que lo trató con amabilidad al entrar por primera vez en esa institución. En aquellos tiempos la joven trabajaba en el departamento de medicina de axis en japon. Ciertamente no era una médico experta, sólo tenía cierta cantidad de conocimientos médicos que la hacían apta para estar a cargo de un buen médico de cabecilla.

Y cuando Rode entró, tuvo, de alguna u otra forma “la suerte” de recibir a su cargo a la muchacha de ojos verdes.

Trabajaban bien en equipo. No eran los conocimientos, si no la pasión y el amor que ponía en cada paciente y cada situación la que la hacían una muy buena enfermera.

Rode por mucho tiempo se sintió fielmente apoyado por la joven, quién siempre se preocupaba por el e independiente del arduo trabajo siempre tenía una sonrisa que entregarle.

Incluso hasta ese momento le pesaban los 3 años que estuvo sin ella, los años en que ella había sido trasladada.

- ¿Sucede algo Rode-sama? – cuestionó la muchacha haciendo salir de sus pensamientos al Austriaco.

Lo recordaba, al ver los dulces ojos de la muchacha observarlo con un flash de desazón podía recordar la razón por la cual ella, de un momento a otro pidió con extrema urgencia el traslado a estados unidos…

-Flash back-

-Rode-sama…

El Austriaco que se encontraba en su oficina revisando unos papeles, levantó el perfil para luego volver a lo anterior

- Que sucede Elizabeta, tu turno ha acabado, deberías ir a tu casa a descansar…

Rode recordaba haber visto el rostro de la joven que de un momento a otro desprendía un millón de sentimientos confusos.

La muchacha se acercó a él y seguido de ello lo abrazó

- Yo… haría cualquier cosa por hacerlo feliz…

El medico se sentía algo fuera del lugar con aquella confesión, no entendía muy bien y tampoco es que estuviera acostumbrado a ese tipo de cosas.

.Por favor… acépteme…

 y seguido de ello, la joven acercó su rostro tembloroso y lo  besó en  los labios, quién sin encontrar sentido a todo ello, no pudo más que aceptar y corresponder el gesto, pero no lo suficiente para que su conciencia actuara y apartara con delicadeza a la joven.

-Lo amo… - la escuchó murmurar apoyándose en su pecho.

Roderich suspiró y posando una mano en su frente habló

-Lo siento Elizabeta…

La muchacha levantó el rostro y sus grandes ojos parecían iluminar toda la habitación

-No puedo corresponderte…

Los brillantes ojos esta vez se llenaron de lagrimas y se apartaron con cierta brusquedad del Austriaco.

-¿Por que dice eso Rode-sama? ¿Acaso… hay alguien más? – las últimas palabras salieron como finas dagas de los temblorosos labios

-No, no – el médico negó varias veces he hizo un par de gestos con la mano que lo hacían parecer aún más ridículo de lo que él sospechaba – Tu no lo entiendes…

Este tomó el blanco rostro esta vez bañado en sutiles lagrimas y lo hizo fijarse en el.

-Tu eres una chica linda, inteligente, la mejor enfermera y mujer que he conocido… pero… - el mayor tragó saliva suavizando un poco el rostro – no puedo corresponderte… Te quiero… pero no de la forma que tu lo haces…

La muchacha esta vez aumentando el llanto se dejo caer en sus rodillas tapando su rostro. De alguna u otra forma intuía algo como eso, y aquello de por sí le partía mucho más el alma.

A pesar de que Roderich quiso abrazarla y disculparse de las mil maneras, no hubo caso. La joven no se apareció allí en varios días. El médico se sentía profundamente culpable por aquello y decidió consultar con Vash, pero cuando lo hizo una parte del no quiso creer aquellas palabras

-Elizabeta pidió un traslado a Estados unidos.

 De primera, y quizás con el infantilismo a flor de piel (cosa muy rara en el) quiso retroceder el tiempo y cambiar ese actuar tan seco y reservado, haberle explicado que no era su culpa, que no había explicación para es incapacidad de sentir amor y esa confusión que lo embargaba cada vez que esa palabra se colaba en su mente.

Habia actuado como un imbesil… y lo estaba pagando.

Dispuesto a cambiar las cosas, le envió una carta a la joven, esperanzado de la respuesta sabiendo que no la merecía de todos modos. Y la culpa se desvaneció al leer las dulces palabras de la muchacha, quién se disculpaba por su actuar acelerado y quién aceptaba las palabras del médico.

-Necesito un tiempo Rode-sama… pero no se preocupe, nos hará bien a ambos…

fin flash back

Roderich volvió de aquel recuerdo intermitente. Siempre pensó que el tiempo del cual la húngara hablaba era un plazo corto el cual pasaría con extrema rapidez, pero se equivocaba, y eso estaba relacionado a que en todo ese tiempo no había aprendido a conocer TODAS las enormes habilidades de la Hungara.

Además de su increíble capacidad médica, la joven era una increíble caza- demonios, y con sólo un tiempo en servicio, los estadounidenses la condecoraron y la subieron rangos como a ningún otro subordinado.

Una a una, iban llegándole las buenas noticia…

“me subieron de rango rode-sama”, “me han premiado de nuevo rode- sama” “estoy tan feliz rode-sama”

Realmente le hacia sentir tranquilo que aunque sea, al otro lado del mundo, si la apreciaban como se lo merecía…

-Rode- sama… está actuando algo extraño… - El autriaco volvió nuevamente de sus pensamientos, se sentía extraño al estar junto a la rubia, era como si el tiempo hubiese retrocedido y nada hubiese ocurrido…

-Lo siento, ¿Que me decías?

- Le explicaba cómo es que me dieron el traslado

El médico asintió prestándole esta vez, la atención merecida.

-Pues… fue bastante difícil…- la muchacha levantó un dedo con un gesto algo torpe – después de ser ascendida, fui asignada para entrenar e instruir a los novatos. Hasta ahí, creí que ya debía volver

El austriaco abrió los ojos con impresión.

-Tenías un puesto importantísimo, ¿Por que querías perder todo eso?

Los ojos verdes se desviaron a la ventana que dejaba entrar un poco de la luz de la tarde y embozando una sutil sonrisa siguió hablando, esta vez con más lentitud.

-No era lo mismo… sin… - frunció el labio y esta vez habló con más rapidez – sin todos, sin Ludwig-san, vash-san, Arthur-san… la linda lily… u-usted…

El austriaco sonrió y asintió

-Yo había pedido mi cambio el segundo año de servicio en america.

Roderich se impresionó ante aquella declaración, realmente nunca pensó que aquella muchacha tenía tantas ansias por volver. Lo admitiía era pésimo para leer entre líneas, y las pocas conversaciones por teléfono (ya que se comunicaban más con cartas) sólo escuchaba una gran alegría de estar en aquel sitio

-Pero nada ocurrió – aclaró la joven para luego seguir con su relato – lo único que me decían cuando iba a pedir el traslado era “estamos considerando su petición, cuando tengamos noticias se las haremos saber” – la joven frunció el seño con un gesto algo divertido – y asi me mantuve esperando paciente por casi 1 año y medio.

Roderich se mantuvo pensativo. Claro, no querían dejarla ir, aceptar ese traslado con tanta tranquilidad los haría quedar como idiotas desde cualquier punto de vista.

-¿Que hiciste entonces?

Elizabeta rió

-pasado el tiempo y mi paciencia, me decidí a ser más directa con ellos – la joven rodeo la vista- y los amenacé

Los ojos del mayor se abrieron con sorpresa.

- Les dije que si no me daban una respuesta respecto a mi traslado, simplemente renunciaría.

La impresión se dejó ver pronto en el rostro del Austriaco, una muy buena estrategia de por si, la efectuada por la rubia. Claro, esa renuncia les pesaría en la conciencia, mientras que aceptando su traslado contarían con la esperanza de que volvería a América.

- Oh, que… estrategia tan valiente… - murmuró Rode, aún perplejo por lo dicho por la joven.

-Hahah… la verdad es que no suelo actuar así… pero no tenía otra opción! – se excusó esta vez, acentuando con los brazos.

-Tienes razón, está bien… creo que ahora soy yo quién tiene que contarte que cosas han pasado aquí.

-Estoy muy interesada en ello Rode-sama!

El mayor asintió y se acomodó nuevamente en la silla
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El día se encontraba nublado, y la oscuridad contrastaba en aquel pastizal lleno de personas con grandes trajes y velos negros.

La mayoría, comenzaba a retirarse con pasos lentos. Murmuraban y miraban con cierta distancia al muchacho que seguía sin moverse, que aún se mantenía de pie frente a los recién enterrados cuerpos de sus padres. Su mirada perdida, sus labios y mejillas secas a causa de las lágrimas.

“Pobre, que será del ahora”, se cuestionaba la gente… muchas caras desconocidas se aproximaban a darle el pésame, palabras de aliento y flores que ahora adornaban las tumbas de sus padres. Y aún así, a pesar de la gran cantidad de asistentes. Nunca en su vida había sentido con tanta fuerza lo que era estar solo.

Estar completamente sólo.

Las horas seguían pasando, y toda la gente ya se había retirado. Todos menos el muchacho que aún, sin moverse observaba la tumba.

-Joven Alfred… se enfermará, vuelva al auto… - murmuraba ya por tercera vez el mayordomo a su lado, si recibir respuesta del menor.

Le dolía ver al joven en ese estado, le dolía saber que aunque quisiera no podía hacer nada por él.

El mayordomo se apartó del muchacho y se dirigió al auto, ahí buscaría algo con que abrigarlo. Mas cuando ya estaba cerca pudo distinguir otro auto aparte del  suyo.

Alfred esta vez solo se dejó caer en sus rodillas, y sus lágrimas comenzaron a bañar las tumbas de sus padres. No podía describir el sentimiento… una especie de rabia, con dolor y un millón de encrucijadas cruzaban su ahora destrozado corazón.

Su respiración entrecortada, y los espasmos a causa del llanto no lo hicieron prever a la persona que se aproximaba.

-Odio los cementerios… y más la gente estúpida que llora junto a las tumbas. Mierda, que sentimientos tan inservibles…

El rubio levantó la vista al oír aquellas palabras y justo a su lado se había aproximado una persona.

Un traje negro, sus zapatos brillantes, su acento británico, sus cabellos cobrizos y unos excepcionales ojos verdes que ahora rodeaban con rapidez, para luego volver a observar la tumba.

- No te conozco, piérdete… - gruñó Alfred secando sus lagrimas, mientras captaba la pesada mirada con la que era observado.

- ¿Son tus padres? – cuestionó el británico sin prestar atención a las palabras dichas por el menor.

Este, sin ponerse de pie (ya que el miedo a que el mayor notara el ridículo temblor que vendría seguido de ello) sólo levantó la vista con duda y cierta molestia

-¿Quién eres? ¿Amigo de mis padres, de mi familia? Porque si es así,  el funeral acabó así que puedes irte.

- ¿Y tú? ¿Vas a quedarte aquí llorando?... Que mierda… ¿Crees que lograrás algo mágico con ello?

El menor empuñó sus manos resquebrajando parte del pastizal, sus labios tiritaban a causa de las dolorosas palabras que atravesaban sus oídos.

- Lo he perdido todo, no tengo nada más que los restos de algo que ya no existe… - su voz se quebró – y tu vienes a… a burlarte de mi? – este levantó su mirada y sus ojos bañados en lagrimas se fijaron en los del mayor.

Arthur titubeó y desvió el rostro esta vez con más seriedad.

- Si esto no te mata… te hará más fuerte.

Los ojos azules se abrieron con impresión ante lo dicho por el inglés

- Y no lo has perdido todo, tienes aire en tus pulmones, y un corazón latiendo – Arthur se fijó esta vez en el muchacho que aún sostenía su mirada ante el – y tienes piernas con las cual levantarte.

Esta vez le extendió su mano, que el muchacho sin deshacer su mirada consternada la recibió

-Así que ponte de pie… y sigue adelante

Alfred, una vez de pie, secó sus lágrimas con sus puños y sin contenerse abrazó al británico, quién sin esperarse aquello (y tampoco la gran fuerza del menor) lo recibió y se mantuvo inmóvil.

Era extraño, no incomodidad… si no, una especie de vulnerabilidad a la cual no estaba acostumbrado, una especie de calor humano al cual no estaba acostumbrado.

Frunció el ceño y levantando sus brazos, con cierta torpeza correspondió el abrazo del muchacho que ahora lloraba aferrado a su pecho.

Sabía que lo que vendría  sería mucho más doloroso y complicado que eso y de una u otra forma no sabía cómo hacer para que aquel muchacho lo entendiese. Claro, con aquella conversación en el avión, ni él tenía muy claro lo que realmente vendría.

Flash-back

- Haber deja recapitular… - sugirió algo aproblemado Arthur sentado junto a Ludwig en la primera clase de un avión en vuelo – Se supone que un grupo de demonios, entre ellos Antonio, asesinaron a una pareja de ricos estadounidenses, por razones que desconocemos y por lo mismo ahora debo proteger al hijo de esta pareja para que no caiga en las manos de estos mounstros? – el ingles al terminar tomó una bocanada de aire para luego observar al alemán con duda.

-Sí, sin dejar de lado que aún no sabemos la razón por la cual estos demonios querrían a este joven.

Arthur restregó su rostro algo molesto.

- ¡Bloddy hell! Y peor, aun no veo la razón por la cual tendríamos que ir al funeral de estas personas.

- No seas insensible Arthur, además, aprovecharemos de constatar la situación actual del muchacho y sus cercanos.

El británico bufó para luego recordar algo importante. Realmente no le importaba mucho su actual misión, había cosas mucho más profundas de las cuales quería obtener respuestas.

-Ahora bien, tú dijiste que me explicarías lo del segundo ángel…

Ludwig enarcó una ceja, odiaba la enorme curiosidad del ingles y claro, lo insistente que podría llegar a ser cuando aquello no interfería con su orgullo.

- Esta bien, te lo explicaré. Aunque no se mucho del tema…

Arthur sonrió complacido

-Lily no es el único ángel del cual tenemos conciencia.

La azafata se detuvo junto a ambos hombres y con cierta mirada risueña les ofreció cosas de beber y comer. El británico algo molesto por la interrupción, negó con la cabeza a la espera que la joven decidiera retirarse. Al hacerlo, Ludwig prosiguió

- Hace algunos años, después del encuentro de lily, nos llego una información que era extrañamente parecida a las características de esta niña – Ludwig tomó su portafolios y sacó unos papeles, y entre ellos uno se lo entregó al ingles.

- La información nos llegó de la isla de terranova, en Canadá. En un lugar rural y poco habitado, se había visto arrastrado por el mar a un niño. Las personas alertadas por el hecho, pensaron que era víctima de un naufragio y fueron en su búsqueda.
Arthur leyó las hojas, la cuales eran las portadas de un diario que comentó el hecho.

-Actualmente ese niño, vive adoptado por una familia de la zona.

- ¿Qué? – El inglés le devolvió las hojas a Ludwig – ¿Y por qué no fueron a investigar?

-No fue necesario. Lily nos confirmó la venida de este ángel.

-¿Y entonces porque no fueron en su búsqueda? – cuesntionó esta vez con un tono de obviedad

- No comprendo muy bien –murmuró el alemán levantando su mano para rozar su barbilla – fue algo que lily dijo lo que hizo a Vash desistir de la búsqueda. Algo respecto a ese niño…

-No… no entiendo…

- Yo tampoco Arthur, lo que se, es que Lily le pidió a Vash que dejáramos pasar un tiempo antes de ir a buscarlo, que se adaptara, que generara lazos. El punto es que ahora es imprescindible que ese joven llegue a salvo a Japón…

 Fin flash-back

El británico se aventuro a posar una de sus manos en los cabellos del muchacho, rozándolos, intentando calmarlo, mientras una repentina lluvia se abría paso entre las grises nubes de ese día.

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El Frances, una vez fuera del aeropuerto pudo distinguir el auto del cual Vash le había hablado. El conductor al constatar la presencia de Francis le hizo una seña, y con una pequeña reverencia abrió la puerta del auto.

El rubio entró, y sobre el acolchado asiento del auto se encontraba un sobre sellado, este lo tomó y sacó los papeles.

- Interesante – murmuró separando uno de ellos, y mostrándoselo al conductor. – Tenemos que ir a este sitio.

El hombre lo recibió y asintió.

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Sobre un asiento de cuero unos ojos de un extraño color lila observaban al ser frente a él, con una postura desinteresada y los brazos cruzados.

- ¿Sabes? Como que no me nace… Digo, ¡Que aburrido!, como que no sé tú, pero yo si tengo cosas que hacer! – respondió este haciendo varios movimientos con sus manos y rodeando los ojos.

Iván sin deshacer su típica sonrisa habló nuevamente suspirando.

-Etto… no sé si me entiendes… pero si no lo haces tú, probablemente alguien más tendrá que hacerlo – aclaró entreabriendo sus ojos, constatando en la mirada ajena que ambos sabían muy bien a qué se refería con ese “alguien”.

El aludido curvó sus labios sin responder.

-eh… me-me llamaba.. Rusia-san? – murmuró un joven entrando a aquel salón pudiendo divisar por un segundo el extraño y divagante rostro del rubio frente a él.

-Fe- Feliks… - dijo acercándose a este y sosteniendo su brazo y haciendo leve movimiento para que este lo mirara.

El polaco entrecerró sus ojos y miró por última vez al demonio de cabello gris para luego con su típica sonrisa encarar al castaño.

- ¡Tooooris! – El rubio tomó el brazo de su acompañante y con un gesto divertido lo balanceó – Haremos un viaje!

-¿U-un viaje? ¿Po- por qué? – cuestionó este sobresaltado.

- Ay, no te hagas! Por que Japón está requeté aburrido! – rezongó guiando a Toris a la puerta de salida.

- Espero que hagas las cosas tal y como te las pedí... Feliks… Es muy importante…

El polaco se detuvo frente a la puerta ante lo dicho por el demonio de ojos lila y girándose habló con un tono burlón.

- Me sorprende Iván, o sea, tú que me conoces hace tanto, me ofendería que no confiaras en el gran Feliks.

Iván le devolvió la sonrisa y asintió.

-Es- espera Feliks…! Yo no..!

Pero el rubio caminaba con una sonrisa sin prestar atención a las protestas de un desconcertado castaño.

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 Llegamos, este es el lugar, indicó el chofer deteniéndose en un sitio bastante rural, las casas apartadas por grandes campos, y esa en especial tenía un toque antiguo pero sin dejar de lado los lindos colores y el gran jardín que la adornaba.

Francis se bajó del auto y este se retiró. Seguido de ello se quedó observando el lugar y su mirada se fijó precisamente en una mujer, de bastante avanzada edad saliendo del hogar para regar las plantas.

La mujer observó al francés algo extrañada. Era evidente que no era de ahí, ese traje negro y ese maletín no era el atuendo de alguien que viviese por esos lados.

El rubio se acercó mostrándole una gran sonrisa y luego habló intentando dejar intachable su experto inglés

- Buenos Días, estoy buscando a la familia Williams…

La mujer algo desconfiada asintió.

-Aquí es, yo soy Eileen Williams, y mi esposo es Raphael Williams. ¿Qué se le ofrece?

El francés se sorprendió al encontrar ese cierto tono de preocupación en la voz de la mujer, como si ocultara algo importante.

-Mucho gusto, yo soy el médico Francis Bonefoy, he viajado muchas horas para llegar aquí, me alegra mucho encontrarlos – dijo con un tono algo más sereno.

La mujer pronto se sintió al turbada por haber hablado en ese dejo tan poco gentil siendo que era un médico (los medico eran muy queridos en esa zona por su gran confianza y solidaridad) y más aun al oír del largo viaje que este había tenido.

- Oh.. y a que se debe su viaje? – cuestionó esta vez con más tranquilidad

-Pues, me encantaría que pudiésemos pasar a su hogar para conversarlo de mejor manera – sugirió el rubio entrecerrando los ojos – su esposo se encuentra…?

-No, no, pero está por llegar, fue a hacer unas compras. Pase – finalizó abriendo un pequeño puertilla de madera que daba al jardín.

Una vez ambos adentros la mujer se dirigió a la cocina.

-¿Desea beber algo? Un poco de café, té.

-Un té estaría bien – asintió Francis conmovido por la linda decoración y ambiente de esa casa. Era un lugar a primera vista, muy acogedor, todo de maderas y tonos oro, le daba una sensación aún más grata sin salir de lo humilde.

La mujer lo preparó y en una linda porcelana le sirvió al hombre quién había tomado asiento en una silla del hermoso comedor de madera.

- Que hermoso lugar, a juzgar por la distribución de las cosas no deben tener niños… - comentó el recién llegado

La mujer trago saliva y pestañeo varias veces.

-eh, bue-bueno… si tenemos un niño… pero ya está grande… -dijo entre cortado sin mirar al presente.
- Matthew… Matthew Williams – dijo el rubio observando una fotografía

La mujer asintió para luego mirarlo sobresaltada

-¡¿Co-como sabe el nombre de mi hijo?!

- Es eso de lo que quería hablarle… he viajado desde muy lejos a causa de su hijo. – dijo este con seriedad.

-No sé de que está hablando! Explíquese!

-Hace 12 años… un niño fue encontrado en las cercanías de este lugar…

La mujer abrió los ojos y entreabrió los labios enternecida

- poco tiempo después nadie volvió a saber del… - Francis levantó la vista – ¿Ustedes lo adoptaron cierto?

Aquella se echó hacia atrás en el asiento y tapando su boca asintió.

- ¡Lo- Lo hicimos por su bien…! Nosotros no teníamos hijos y el… ¿Usted puede entenderme cierto? ¿Lo habría dejado a la deriva? – dijo entrecortado la mujer levantando algo la voz.

- tranquila – asintió el francés sosteniendo ambas manos de la señora – y creo que ustedes saben mejor que el… no es un niño normal.

De los ojos de la mujer brotaron algunas lágrimas.

-Nosotros siempre hemos hecho lo mejor por el… aunque no seamos sus verdaderos padres…

-Lo sé. Lo sé. Pero la enfermedad que él tiene es muy delicada. Muy pocas personas en el mundo la tienen. Y Yo como médico al enterarme de esta situación, decidí venir en su búsqueda  para darle una oportunidad.

La mujer tragó saliva.

-¿Acaso usted conoce la enfermedad que lo aqueja? Imposible! Hemos consultados con todos los médicos posibles y ninguno podía darnos una respuesta! – las lagrimas no paraban de caer por las mejillas de la madre.

- Lo sé, conozco a algunos de los médicos con los que fue tratado, fueron algunos de ellos que me informaron de esto… por lo mismo pude venir aquí.

-No puedo creerlo – titubeó quedándose perpleja ante lo dicho por el hombre

– pero para eso deberá hacer un gran sacrificio…

- ¿De que habla?

-Las instalaciones y todos los implementos para curar aquella enfermedad están en Japón. Por lo tanto…

- Usted me está pidiendo algo imposible – murmuró esta sacando un pañuelo de su falda para secar sus lagrimas.

-Es por el bien de su hijo. Esto no tendrá costo. Si nos deja tratarlo no sólo lo salvaremos a él, también podremos hacerlo a los futuros niños para que no tengan que pasar por esto. Nunca…

La mujer tapó su rostro negando con la cabeza, sollozando sin detenerse, cuando el sonido de la escalera la alertó

- Mama… yo quiero hacerlo… No quiero que ustedes sigan sufriendo por mi… -El  muchacho de ondulados cabellos oro, sostenía con sus delgadas manos un oso de peluche.

Francis se quedó asombrado ante el angelical rostro y el delicado tono de voz.

La mujer se puso de pie y al aproximarse a su hijo se hincó y lo abrazó sin dejar de llorar.

-Matthew, tu sabes que hemos hecho todo por ti… no podemos obligarte… ahora es tu decisión…- esta tomando el rostro de su hijo adoptivo lo acercó y beso su mejilla- pero nunca olvides que te amamos y nunca dejaremos de hacerlo…

-Voy a hacerlo mamá… iré a Japón…

De pronto el celular del recién llegado emitió un sonido.

-Lo siento… debo contestar, permiso.

El francés salió y contestó

-¿Tienes al ángel? – cuestionó la voz de Vash al otro lado.

- Creo que si… - murmuró este apartándose un poco de la entrada para no ser oído

-¿Como que creo que si? – Vash se escuchaba bastante molesto- ¿no sabes lo importante que es esta misión?

- Acabo de ver algo demasiado celestial mon ami vash – el aludido carraspeó impaciente – y estoy confiando en mi capacidad para falsear la verdad.

-  Confía en ella y en que si no llegas acá con él vivo. Despídete de tu vida y la de cientos de personas.

- Oh la la! eso suena amenazador! – dijo divertido el francés notando que la llamada había sido cortada.

Este guardó su celular y una brisa extraña lo hizo darse vuelta. Era un mal presentimiento.

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Perdon de nuevo por tardarme por eso les hice un capitulo algo más largo c:
Ya, ya xd si sé que la parte de arthur y alfred me salió muy full metal alchemist :c pero conste que me dí cuenta una vez que ya había escrito todo, así que soy inocente c: xd
Otra cosa y esto si es una aclaración -no la dije antes por que sería spoiler xd - a diferencia con la serie hay algunos personajes que los voy a desvincular para hacer la historia menos complicada y a mi gusto xd En el caso de Alfred y Matthew en mi historia NO SON HERMANOS no tienen ningún vinculo, más que el que los una a medida que se junten en la historia.
Otra cosa, no sé por que en algunas partes del texto se me cambia la fuente, en verdad se ve super feo y me encantaria que si alguna sabe me lo dijera para corregir *.*
Eso por el momento. si tienen preguntas - obvio que no interfieran con la historia y la trama- xd puedo responderlas xd 

Os amo lalalala!  


4 comentarios:

  1. nanai Matthew con su osito!!!!!!!! x3
    mori con eso
    wn, que fullmetal la escena con arthur y albert xD... yo dije: "oh, edwrad wn"!!! xD
    apurate con el otro `-´

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  2. wn :c me van a demandar por derechos de autor xD c: ya si intentaré publicar lo más rápido posible :B

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  3. ALSJKHASDILADJASASB ,MDA,SJDGHSB ASMNDB! -inserte cara de baba aquí- AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH! la amé joder :B me encanta, but, sabía que después que llegara Francis a buscar a Matt ALGO MALO va a pasar :B -o bueno, algo fuer de lo normal :B-

    Ya yaaaaaaaaaaaaaaa po, esto parece serie mensual wn! ¬¬ Sube seguido C: <3

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  4. mmm no lo encontré tan full metal xD en fin está bueno :) y apareció toris *O* sigue sigue!

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